Los neumáticos están compuestos esencialmente de caucho, acero y fibras textiles y no se consideran en sí mismos residuos peligrosos (aunque están clasificados como «especiales»), pero cuando se queman liberan a la atmósfera sustancias cancerígenas y gases tóxicos muy contaminantes tanto para el ser humano como para el medio ambiente. Además, cuando se abandonan a la intemperie, se forman estancamientos de agua de lluvia en su interior, lo que favorece la proliferación de mosquitos y otros insectos.
El comienzo de una nueva era
Con vistas a una gestión responsable y sostenible del proceso de eliminación de neumáticos usados, desde 2011 está en vigor una ley que sanciona a quienes viertan en vertederos, quemen o abandonen carcasas en la naturaleza. La misma ley obliga a los fabricantes e importadores de neumáticos a eliminar cada año el mismo número de neumáticos nuevos puestos en el mercado que el año anterior; los talleres y distribuidores de neumáticos también están obligados a recoger gratuitamente los neumáticos usados y entregarlos a centros de recogida autorizados. Una vez que todos los neumáticos llegan a los centros autorizados, se dividen en reutilizables y fuera de uso. Los primeros pueden recauchutarse con una banda de rodadura nueva o, si el desgaste de la goma no ha superado el 14%, pueden volver a comercializarse como usados. Todos los neumáticos que no pueden ser «recauchutados» o reutilizados acaban en el proceso de producción industrial en forma de granulado o polvo de caucho. En las dos últimas décadas, el interés por el desarrollo de la evaluación del ciclo de vida (ECV) de los neumáticos ha crecido exponencialmente, con el objetivo principal de utilizar estos «residuos» para producir asfalto, a pesar de que tradicionalmente la construcción y el mantenimiento de los firmes de las carreteras se realizan con materiales vírgenes. Las migas de caucho granulado (CR), o migas de caucho, se convierten así en un medio clave para la eliminación y utilización de estos materiales de desecho, que hasta ahora han constituido una gran preocupación medioambiental, ya que más de mil millones de residuos de neumáticos no se eliminan adecuadamente cada año en todo el mundo.
Hacia la plena utilización de los residuos
A continuación, las plantas de reciclado de neumáticos usados recuperan todos los materiales valiosos que componen los neumáticos, como el caucho (natural y sintético), el negro de humo, los aceites de hidrocarburos y los compuestos de azufre, sometiéndolos a un proceso de desvulcanización para regenerar el caucho granulado y reutilizarlo después como material virgen. La aplicación de este caucho granulado en el asfalto se conoce como caucho asfáltico (AR), pero también puede utilizarse en la producción de hormigón. Así que, en conclusión, podemos decir que aunque el ACV de la producción de caucho triturado se basa en datos primarios de la planta de reciclaje, las tecnologías y la maquinaria pueden variar de una planta a otra, el uso de este «nuevo» material podría reducir considerablemente el impacto medioambiental que los neumáticos usados tienen hoy en día sobre nuestra salud y la de nuestro planeta.
